Consejos Gestion del Tiempo
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No reste importancia a los pequeños ladrones del tiempo que diariamente hacen que malgaste pequeños periodos de tiempo. Esas pérdidas que aparentemente son insignificantes suponen a lo largo de los años miles de horas malgastadas que podrían haberse dedicado a otras tareas mucho más importantes.
Cree una lista que pueda revisar periódicamente, para recordarle compromisos futuros que están por llegar. De este modo siempre tendrá control sobre estos acontecimientos y podrá anticipar las tareas necesarias para llevarlos a cabo dentro de los plazos previstos. Además, le servirá para liberar su mente de estar constantemente pendiente de recordar que esos compromisos están por llegar.
Dedique una semana a chequear como está utilizando tu tiempo. Determine a que estás dedicando cada porción de tu tiempo diario, y al final de la semana analice los resultados. Lo más probable es que le sorprendan. Seguramente está dedicando mucho más tiempo del que pensaba a temas que no son importantes. Este es un ejercicio muy revelador para encontrar actividades que pueden ser eliminadas o hechas de forma más eficiente.
Reconozca cuando es necesario un cambio de dirección. En ocasiones hay proyectos que parecen paralizarse. No terminan nunca de ponerse en marcha. En esos casos puede ser positivo encontrar una nueva forma de realizar el proyecto. Utilice su creatividad. Busque formas alternativas de realizarlo que le permitan canalizar mejor su energía.
Mantenga un registro del tiempo que le lleva realizar cada proyecto, trabajo o tarea que realiza. De este modo, cuando en el futuro tenga que planificar proyectos similares podrá calcular de manera más aproximada el tiempo que le llevará completarlos, y las fases necesarias para llevarlos a cabo de manera más efectiva.
Evalúe que tipo de tareas deja siempre para más tarde. ¿Qué es lo que le hace posponerlas? Descubrir esa clave puede suponer una gran diferencia en su vida. Generalmente muchas personas postergan las cosas porque en su mente imaginan el proceso de realizar la tarea más costosa o dolorosa de lo que realmente es. Magnifican negativamente la tarea. Cuando esto suceda, divida el proyecto en pedazos más pequeños y fáciles de realizar. Una vez que lo tenga decidido, comience a trabajar en esos pedazos, uno a la vez.
Aproveche la inercia que genera ponerse en movimiento. Cuando comience un proyecto, procure avanzar lo máximo posible en el mismo. El movimiento de avance genera motivación y facilita mucho el proceso. Comience a desarrollar la reputación de ser una persona que hace que las cosas sucedan.
Sopese las consecuencias que conlleva postergar las tareas. Pregúntese: ¿Qué es lo peor que me puede pasar si no termino esto? A veces el dolor ante las consecuencias negativas de dejar de hacer algo, es un motivador muy poderoso para ponerse en marcha y hacer que las cosas comiencen a cristalizar.
Haga un compromiso público con alguien que de verdad le importe para reforzar su determinación. Utilice ese compromiso como una palanca que le impulse a la acción. Una vez que nos hemos comprometido ante alguien, es más difícil postergar las tareas porque no querremos quedar mal.
Piense antes de actuar. Si tiene dificultades para avanzar en algún proyecto, dedique unos instantes a pensar en ello. Analice rápidamente cuales son las causas de ese estancamiento, trace un breve y rápido plan de acción y tome acción de manera inmediata para solucionarlo.
Convierte en un juego el transformar las tareas tediosas y aburridas en algo divertido y agradable de realizar. Pregúntese: ¿Cómo puedo hacer que esto resulte más divertido? ¿Cómo puedo disfrutar más de esta tarea? Rétese a sí mismo a romper su récord de velocidad haciendo algo, hágalo de modo diferente, ¡Hagamos que la vida sea más divertida!
Venza la postergación postergando la postergación. Esto que parece un juego de palabras es una de las mejores estrategias para acabar con la postergación. Cuando tenga ganas de dejar algo para más tarde, postergue esa decisión de abandonar para más adelante. De este modo está eliminando este mal hábito utilizando el propio hábito como arma.
A la hora de enfrentarse a un proyecto, tome unos instantes antes de comenzarlo para visualizarlo en su mente como si estuviese ya realizado. ¿Cómo se sentirá una vez que el proyecto esté terminado? ¿Qué beneficios le va a reportar? Sienta intensamente todas esas emociones positivas, y comenzará con la actitud adecuada y una gran motivación el proyecto. Todo ha de ser creado primero en la mente, para después ser convertido en realidad.
Un buen sistema para eliminar la postergación es crear en una hoja de papel dos listas, que recojan por un lado las razones para postergar la tarea, y por otro lado los beneficios que le reportará terminar la tarea exitosamente. Con este pequeño juego, si logra apilar los suficientes beneficios, logrará ponerse en movimiento y hacer que las cosas sucedan.
Piense en alguien a quien admire profundamente por sus resultados. Actúe como si fuese esa persona. ¿Cómo manejaría esa persona las situaciones a las que usted se enfrenta? ¿Qué actitud tendría? ¿Qué recursos emplearía? A continuación, prepare un pequeño plan de como este gran realizador desarrollaría la tarea, y... ¡Póngase en movimiento!