Consejos Gestion del Tiempo
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El tiempo es un recurso limitado. Acepta el hecho de que simplemente no hay tiempo para todo. Por ello, es tremendamente importante centrarse en las tareas más importantes. Si siempre te enfocas en las cosas importantes, tanto a nivel personal como profesional, siempre estarás logrando el máximo impacto, ya que estarás usando tu tiempo de la manera más efectiva. ¡Pon siempre primero lo primero!
Afronta las tareas con una actitud de enfoque relajado. Permanece centrado en lo que estás haciendo, ignorando todo lo demás. Realizar una tarea pensando simultáneamente en otras cosas, hace que nos resulte mucho más difícil su consecución. Pero el enfoque mental es algo que se puede controlar. Toma el control y decide conscientemente realizar una tarea cada vez. De esta forma las tareas se llevan a cabo de una forma más fluida.
Deja de tratar de ser un perfeccionista. Siempre es posible hacerlo todo un poco mejor. Pero generalmente llega un momento en el que la pérdida de tiempo que supone mejorar algo todavía más, no merece en absoluto la pena. Realiza un trabajo extraordinario, pero no persigas la perfección absoluta porque ésta no existe, y en el proceso perderás cantidades muy valiosas de tu tiempo.
Trata tu lugar de trabajo como un espacio para lograr la máxima eficacia. Condiciónate para situarte en un estado de máximo rendimiento cuando te encuentres en tu lugar de trabajo. Igual que los atletas desarrollan una rutina que les sitúa antes de competir a un nivel de máximo rendimiento, tú deberías hacer lo mismo. Conviértete en un generador de estados de máximo rendimiento.
Crea un ambiente en tu lugar de trabajo que potencie tu energía y creatividad. Haz que el entorno te resulte lo más agradable posible. Ten siempre a mano los materiales que te sean necesarios para desarrollar tus tareas busca constantemente formas para que ese espacio sea más inspirador y más cómodo para trabajar.
Para lograr grandes resultados con el tiempo es imprescindible disponer de altos niveles de energía. Es asombrosa la espectacular mejora que se produce en los resultados de una persona cuando comienza a cuidar sus hábitos para vivir de manera más saludable. Comience un programa de ejercicios, aliméntese de forma correcta, y notará como estos hábitos positivos influyen de una manera muy importante en su capacidad para lograr más de su tiempo.
Es más importante elegir el destino correcto, que la velocidad con la que avanzamos. La tarea más importante que puede hacer en su vida es tomar el tiempo para determinar con claridad donde quiere llegar. Muchas personas pasan toda su vida corriendo, solo para darse cuenta al final que no era esa la dirección en la que deseaban ir. Tome ahora mismo el tiempo necesario para determinar con claridad cual quiere que sea su dirección en la vida.
Se ha comprobado que quienes establecen metas y objetivos por escrito tienen muchas más probabilidades de alcanzarlas. Esto sucede porque cuando se fija por escrito un objetivo, está enviando instrucciones muy claras a su cerebro indicándole exactamente hacia donde quiere ir. Y cuando su mente sepa cuáles son sus intenciones se pondrá a trabajar incansablemente haciéndole percibir todas las oportunidades que surjan que le puedan acercar allí.
Siempre que establezca una meta, asígnele una fecha límite para alcanzarla. Los seres humanos necesitamos un marco temporal para ponernos en marcha, y solemos expandir el plazo de realización de una tarea hasta el máximo de tiempo que dispongamos. Fije una fecha en cada objetivo y... ¡Tome acción masiva!
Aprende a hacer cómodo lo incómodo. Para lograr metas que realmente merezcan la pena vas a tener que hacer algunas cosas que no resultan cómodas, y que requieren un esfuerzo extra. Rétese conscientemente a expandir su zona de comodidad y aprenda a hacer más gratas ese tipo de tareas. Puede lograrlo haciéndose la pregunta: ¿Cómo puedo hacer esto y además divertirme mientras lo hago?
Divida sus grandes metas en un conjunto de metas a corto plazo más pequeñas que faciliten la realización de las tareas necesarias. Su objetivo ha de ser desmenuzar sus metas hasta convertirlas en un conjunto de metas de menor tamaño que sean más manejables. Como el famoso dicho afirma: "Un elefante puede comerse un bocado detrás de otro".
Cree el hábito de planificar todos los días. Es imposible llegar a un destino que no se conoce. Sin planificación se avanza de manera aleatoria y se deja al azar la obtención de resultado, que generalmente nunca terminan por llegar. Planificando uno se anticipa a los acontecimientos y puede ejercer control sobre ellos. Comience a planificar y se situará entre el pequeño grupo de quienes saben hacia donde van.
Determine con claridad diariamente la importancia de cada una de las tareas que ha programado para el día. Enfoque siempre en realizar primero lo más importante y aquello que contribuya más a sus objetivos. Escriba siempre su lista de tareas diarias ordenadas por su nivel de importancia, y actúe a continuación en consecuencia imponiéndose la disciplina necesaria para no postergar cuando resulta difícil o complicado las tareas más importantes.
A la hora de planificar piense siempre en resultados, nunca en tareas. Nunca se pregunte: ¿Qué tareas he de realizar hoy?, sino que la pregunta correcta es: ¿Qué resultados quiero conseguir hoy? Si enfoca en tareas, corre el riesgo de hacer cosas que no le acerquen a los resultados que desea conseguir. Por ello siempre ha de pensar en resultados, y en base a ellos, fijar después las tareas necesarias para materializarlos.
Prevea por anticipado cuanto tiempo le llevará desarrollar cada tarea de su lista. No peque de exceso de "optimismo" a la hora de planificar. Generalmente las tareas conllevan más tiempo de realización que el que nosotros suponemos que nos llevará. Asigne un tiempo realista a cada tarea y establezca un horario detallado de trabajo que le indique en qué momento del día va a realizar cada una de las tareas. Eso crea enfoque y claridad de acción.
¡Evite las distracciones! Manténgase enfocado. Incluso si tiene 100 proyectos diferentes en marcha, debe establecer prioridades para maximizar sus resultados. Hay muchas distracciones que nos tientan constantemente. Montones de cosas interesantes para hacer, lugares a los que ir, personas con las que relacionarse,... Siempre puede pasar su tiempo haciendo mil cosas diferentes. Pero si quiere ser realmente un hacedor, una persona que transforma sus sueños en realidad, debe permanecer enfocado para realizar primero aquello que es más importante para usted.
Cree el hábito de planificar el día siguiente antes de acostarse. Hacerlo de este modo permite comenzar el día ya enfocado en todos los resultados que se desean conseguir, y crea una sensación de estímulo y claridad de enfoque que solo se consigue cuando se tiene un plan de acción perfectamente definido.
Siempre que le sea posible trate de completar las tareas de una sola vez. Dejar una tarea a medias para tratar de completarla más tarde supone un esfuerzo mucho mayor que completarla de una sola vez. Es más fácil avanzar en una tarea una vez que se ha creado la inercia, que tener que iniciar y parar esa misma tarea en varias ocasiones. Cuando la tarea se lo permita... ¡Hágalo la primera vez!
En las tareas de gran envergadura, como proyectos importantes, cree un mapa de tareas que clarifique todo el proceso. Coloque en la parte superior de una hoja el nombre del proyecto y el objetivo que se pretende conseguir. Cada proyecto siempre puede ser dividido en varias partes. Establezca esos objetivos intermedios, y a su vez relacione para cada objetivo las tareas que serán necesarias para alcanzarlo. A continuación, asigne una fecha a cada tarea y objetivo. De este modo, tendrá un mapa detallado que le indicará todos los pasos necesarios para que su proyecto sea una realidad.
Prepare por anticipado las reuniones que organice o en las que participe. Haga saber a los asistentes, cuando sea el organizador, que se espera de cada uno de ellos. Envíe por anticipado un orden del día para que todos los participantes puedan venir preparados y contribuir al éxito de la reunión. Antes de que termine la reunión todo el mundo ha de tener claras las tareas fijadas y quien es el responsable de cada una. Muestre respeto comenzando y terminando siempre a la hora señalada.
Aprenda a lidiar con lo inesperado. Cuando otras personas intervienen en un proyecto, pueden aparecer retrasos. Planifique mecanismos de control periódicos para no encontrase en el momento en que se debe tener terminado el proyecto con la situación de que no se ha completado. Especifique claramente a las personas involucradas que se espera de ellas. Pero recuerde siempre que nadie estará más comprometido que usted mismo. Por ello es responsabilidad suya chequear periódicamente y no esperar hasta el último minuto.
Trate de generar pequeños incrementos de productividad diarios. Si se esfuerza por mejorar un poco cada día su desempeño, habrá producido mejoras espectaculares al final del año. Tome la decisión de elevar sus expectativas un poco cada día. Esto puede suponer un poco de planificación extra cada día, pero el impacto positivo que tendrá en sus resultados será exponencial al esfuerzo que usted dedique.
Siempre que planifique su día prevea entre un 10%-15% de su tiempo para imprevistos que son inevitables: algunas llamadas, visitantes inesperados, etc... Permitiéndose ese colchón de tiempo a la hora de planificar será más efectivo y evitará el estrés que genera la sensación de estar perdiendo un tiempo que necesitaba para realizar otras tareas que tenía planificadas.
Evite utilizar papelitos sueltos para registrar ideas, información de interés, datos y direcciones, etc... Utilice en su lugar una libreta o block donde todo quede registrado. O mejor aún, utilice un planificador que tenga espacio para ello en sus páginas diarias. De este modo no perderá nada de información y podrá rescatar fácilmente toda aquella información que necesite.
Cree el hábito de volver a dejar las cosas en su sitio cuando las haya terminado de utilizar. Al final del día ordene su lugar de trabajo y devuelva cada documento a su lugar. De este modo mejorará su efectividad y todo estará listo para comenzar a pleno rendimiento en la próxima jornada.
Haga todos los preparativos necesarios antes de comenzar a trabajar en cualquier proyecto. Prepare todos los materiales que vaya a ser necesario utilizar, para que no tenga que interrumpir su realización. Muchas personas comienzan una tarea, y han de interrumpirla en numerosas ocasiones porque no han tomado el tiempo por anticipado de tener a mano todos los elementos que iban a necesitar para completar la tarea.
Evite la tentación de apilar papeles en su mesa de trabajo. Archívelos de forma ordenada para que siempre puedan ser localizados de manera rápida y efectiva en cualquier momento que los necesite. Minimice al máximo el número de veces que maneja una misma pieza de papel. Todo lo que pueda resolver definitivamente en la primera vez, ¡Hágalo!
Utilice todas las herramientas que puedan hacerle ahorrar tiempo y ser más efectivo. Un buen sistema informático, un buen sistema de clasificación de tarjetas y contactos, una pequeña biblioteca con obras de referencia (diccionarios, manuales habituales para usted, etc...), directorios, etc... Tenga siempre a mano y bien organizados todos los recursos que necesite con más frecuencia.
Comience realizando las tareas más complejas y pesadas primero. De este modo, una vez que todas esas tareas están realizadas, todo lo demás será mucho más sencillo, y la sensación de logro y éxito que experimentará se verá multiplicada. Además, aprovechará que sus niveles de energía están al máximo, consiguiendo de este modo que estas tareas sean mucho más llevaderas.
¡Tome acción de manera inmediata! Si nunca empieza, nunca terminará. Si deja las tareas esperando que llegue el momento perfecto para realizarlas, nunca comenzará. ¡No existe el momento perfecto! Si tiene que hacerse, que sea cuanto antes. Conviértase en un generador de acción masiva.